BECAN

El lanzamiento de la BECAN (Asociación Benedictina y Cisterciense de Nigeria) refleja varios factores que estaban claramente presentes en el entorno en el que nació, y que siguen siendo relevantes hoy en día. En este país, la vida monástica es a la vez reciente y extranjera. Por eso abundan las dificultades, la mayoría de ellas socioeconómicas. Por ello, los pioneros del monacato nigeriano vieron la necesidad de un apoyo fraternal y mutuo, la necesidad de vínculos más fuertes entre las distintas comunidades monásticas.

Aunque no figuraba entre sus fundaciones, la BECAN vio como uno de sus objetivos la construcción de vínculos más fuertes entre los monasterios nigerianos, para afrontar con mayor confianza los numerosos retos a los que se enfrentan. Los primeros padres y madres de la BECAN reconocieron la cultura tradicional del pueblo y su propia riqueza, impregnada de valores, algunos de ellos vinculados a los valores cristianos y monásticos. La cuestión que se planteó entonces fue la del diálogo entre el monacato occidental recién llegado y la cultura africana, la cultura nigeriana.

Desde 2009, tras la reunión celebrada en Awhum, en la abadía cisterciense de Mont Calvaire, los Superiores han creado un fondo común de becas. Cada comunidad contribuye anualmente a este fondo. La idea es repartir este fondo entre la dirección de la BECAN y la del grupo de formadores de la BECAN. La Asociación también ha decidido elaborar un plan de formación común para monjes y monjas. El proyecto está en fase de elaboración. El programa de este Instituto se ha definido para que pueda tener lugar en uno de los monasterios de la BECAN.

La importancia de la formación en la vida de cada comunidad ha llevado a la BECAN a crear un foro específico para los formadores de la BECAN. Este foro tiene un alcance más amplio, ya que incluye a cualquier persona que tenga un papel en la formación inicial. Las actividades del foro, conocido simplemente como "Formadores de la BECAN", están reguladas por los Superiores, aunque de forma indirecta. Esta sesión anual de una semana de duración tiene lugar cada segunda semana de noviembre. Este encuentro es a la vez una ocasión de apoyo mutuo y de intercambio de ideas sobre la formación, y un lugar de formación de grupo, de renovación y de puesta al día para los propios formadores. Cada cinco años, los propios formadores organizan un encuentro de formación monástica de un mes de duración, que siempre se titula "Sesión de formación de formadores".

Peter Edhwrudjakpor, OSB

Extractos del artículo publicado en el libro del cincuentenario de la AIM « si loin si proche »