Extracto de una conferencia de M. Bernard Lucet
Impartida en la Abadía de Ligugé (Francia) en febrero de 2020
ENTENDIENDO EL ANTROPOCENO1
Cuando el hombre haya talado el último árbol
Contaminado la última gota de agua
Matado el último animal y pescado el último pez
entonces se dará cuenta de la verdad
que el dinero no es comestible.
(Proverbio amerindio)
La habitabilidad de nuestro único espacio habitable está amenazada, es algo tan vital que debería haber golpeado a la humanidad donde realmente le duele. Descifrar y profundizar sobre la situación real, gracias a las explicaciones proporcionadas por los científicos, es la única forma de incorporar en sí mismo este tema vital. Se trata de salir del mundo de las conjeturas convenientes, de negación, de fantasía, de distracción.
Efecto invernadero
La consecuencia del efecto invernadero es necesaria, gracias a ellos la temperatura media de la tierra es de +15 grados C; sin ella sería de -18 grados y la vida sería imposible. La radiación solar llega reflejada en parte por las nubes, los glaciares, la nieve; la energía solar se convierte en calor que a su vez se esparce en forma de infrarrojos; ciertos gases en la atmósfera bloquean el infrarrojo que por lo tanto permanece en la capa inferior o troposfera. Cuantos más gases de efecto invernadero (GEI) haya, más energía se acumula y más aumenta la temperatura. La energía adicional de nuestras emisiones casi en su totalidad se acumula en los océanos, un poco en la tierra y solo el 1% en la atmósfera.
La biósfera se está calentando (actualmente +2,7% anual). Tal aceleración es diez veces mayor que los aumentos más rápidos del planeta en el pasado en más de un millón de años, y está afectando a los ecosistemas biológicos y geofísicos. De hecho, durante los últimos ochocientos mil años, la tasa de CO2 había variado poco. La presión sobre los ecosistemas marinos y terrestres, desgraciadamente, está alterando la capacidad de las reservas de carbono, destruyendo lo que podría ayudarnos a frenar el aumento del calor.
Reducir las emisiones pasa principalmente por la reducción del uso de energía fósil, que está lejos de estar en la agenda. Entonces ¿qué es lo que hay que hacer?
Son muchos quienes piensan que sería posible prescindir de la energía fósil y de la energía nuclear, con la condición de obtener logros muy sustanciales a través de la reducción del consumo y de la eficiencia energética de nuestros dispositivos y máquinas. Quizá en Occidente podamos lograr esto reduciendo radicalmente nuestro consumo y nuestros usos, es decir, dando la espalda al desarrollo. Pero hay muchos países que necesitan este desarrollo para ayudar a sus poblaciones a salir de la pobreza, a educarse, a cuidarse, a alimentarse; ¿Por qué estas poblaciones no podrían tener acceso a una vida más cómoda, incluso alejados de nuestros estándares occidentales?
Es porque a escala mundial la energía no disminuiría significativamente, y mucho menos porque hará falta mucha para ayudar al mundo a adaptarse a las perturbaciones de todo tipo que los episodios climáticos extremos provocarán aquí y allá. ¡Pensemos por ejemplo en las inmensas obras necesarias, para proteger a las ciudades expuestas al aumento del nivel del agua! Las necesidades globales de equidad y adaptación a las consecuencias del calentamiento requerirán una gran cantidad de energía, todo lo contrario de la disminución radical de las necesidades energéticas que se requerirían por la dependencia de las energías renovables (intermitencia de la solar y eólica, entre otras).
Debemos reconocer que una de las principales causas de las emisiones de GEI, los combustibles fósiles, siguen siendo insustituibles. Prescindir del petróleo será tanto más difícil cuanto que se trata de una energía práctica y altamente concentrada. Nuestro estilo de vida se lo debemos a los combustibles fósiles potentes y económicos que alimentan nuestra maquinaria. ¡Basta con mirar el potencial de trabajo de un tractor agrícola con un solo tanque lleno de diesel y la enorme cantidad de trabajadores reemplazados por él! Sin todas estas máquinas, y lo digital también está ahí gracias a las máquinas, sería otra civilización, un mundo muy diferente. Dejar bajo tierra el 80% de los combustibles fósiles sería tan imperativo como difícil: debería haberse hecho mucho antes...
El cambio climático y sus consecuencias
¡El calentamiento podría ser incluso más rápido de lo previsto! El modelado preciso indica que se alcanzaría +2° para 2040 debido a las emisiones ya presentes en la atmósfera. La escala actual de emisión indica que sería difícil mantenerse en +2 grados después de 2040. +2 grados e incluso +3 grados ya son inevitables, y un promedio de +3, o +5 grados en los continentes, es decir, una temperatura que alcanza los 50 grados en una ola de calor en el sur de Europa. Incluso si lográramos reducir la emisión de gases de efecto invernadero en los próximos años (y esto sigue siendo hipotético), en nuestra civilización termoindustrial tendría consecuencias que durarán miles de años. La acción humana está afectando la evolución del planeta.
Hasta ahora, las principales conmociones de nuestro planeta habían sido el resultado de eventos cósmicos (y telúricos), como los períodos glacial e interglaciar en el último millón de años. Durante los últimos 12.000 años hemos estado en un período interglaciar llamado 'Holoceno', durante el cual la temperatura ha variado más o menos 0,5 grados. La temperatura actual (+1,1 grados) es la mayor en 1,2 millones de años. Así es que este ascenso implica modificaciones totalmente inéditas de la biodiversidad y el clima que se han ido adaptando durante millones de años.
La novedad para el planeta es que la temperatura está aumentando mucho más rápido: la tasa de CO2 ha aumentado diez veces más rápido que en cualquier crisis de los últimos ochocientos mil años. Los cambios provocados en el Antropoceno están alterando el equilibrio de la biósfera y están conduciendo a un “planeta que se seca”. El cambio climático es el resultado de decisiones políticas tomadas a la luz de las causas, pero las aceleraciones biogeográficas a las que está siendo sometida la tierra harán que el planeta se quede sin los sistemas de equilibrio conocidos.
El punto de inflexión de los ecosistemas: ¿hacia un planeta horno?
Ya se habla, sobre la biodiversidad animal, de una sexta extinción masiva. Ya para qué hablar de los riesgos humanos. Gaël Giraud2 expone muy el problema:
“En la segunda mitad del siglo, condiciones letales de calor y humedad harán que gran parte del mundo sea inhabitable durante 100 a 200 días al año; la gente tendrá que irse de muchos lugares de la India, del sudeste de Asia, África. El Banco Mundial estima el número de refugiados climáticos en dos mil millones en la segunda mitad del siglo. Creo que esto sigue estando muy subestimado: al menos tres mil millones de personas tendrán que migrar. [...] La vida está en proceso de migración hacia los polos, y las enfermedades tropicales también se moverán, como por ejemplo la malaria, que hizo su aparición en Italia. El Banco Mundial estima que se espera que 5.200 millones de personas padezcan paludismo en 2050”.
Tales trastornos son atribuibles directamente a eventos climáticos extremos y más frecuentes, como sequías, lluvias, ciclones, olas de calor, con un impacto grave en la alimentación y la salud. Estos eventos climáticos en sí mismos son la consecuencia de las reacciones de nuestros ecosistemas bajo la presión del aumento de la temperatura, lo que conduce a una aceleración de este último a través de la liberación de CO 2, y por la reducción de las reservas de carbono directamente relacionadas al derretimiento de los glaciares y la masiva destrucción de los bosques. Un signo de aceleración del calentamiento del planeta, es el aumento de calor en los océanos. Los océanos absorben el 93 % del calentamiento debido a la actividad humana y el 25 % de nuestras emisiones de gases de efecto invernadero; este inmenso pozo de carbono se está debilitando debido al calentamiento global.
Ríos atmosféricos
Es el resultado de un corredor de vapor de agua y calor, una especie de río atmosférico que desemboca en lluvia diluvial sobre la Antártida, aumentando así el proceso de calentamiento3.
Los monzones están siendo modificados por el cambio climático. Se intensificarán eventos como los de agosto de 2018 en Kerala, India (450 muertos, un millón de refugiados). El hecho es que el calentamiento global exacerbará la diferencia entre la temperatura en la superficie de los océanos y la de la tierra en la primavera. Esto dará lugar a vientos más fuertes que traen el monzón. Por otro lado, sabemos que el aire más cálido retiene mejor el agua y, por lo tanto, las precipitaciones serán más intensas durante estos episodios tropicales estacionales. Este es un fenómeno que ya es notable en los registros históricos4.
La Jet Stream es una corriente de vientos que circulan a gran altura alrededor del Polo Norte, es responsable de eventos climáticos extremos en nuestras latitudes. El calentamiento global reforzará fuertemente esta tendencia hacia 2050, lo que dará lugar a repetidas olas de calor e inundaciones como las que hemos experimentado en los últimos años5.
La circulación de Hadley es una banda atmosférica formada por células que se asemejan a “cintas transportadoras” de 15 km de altura y casi 3000 km de ancho; que controla el intercambio de calor desde el ecuador hacia los trópicos a un nivel elevado. A nivel ecuatorial, el aire cálido y húmedo asciende, se enfría en la altura, lo que provoca fuertes lluvias, la columna de aire que se ha secado se separa en dos masas empujadas a ambos lados del Ecuador, antes de precipitarse hacia a la tierra trayendo el aire cálido y seco característico de las regiones subtropicales. Es en esa latitud donde se encuentran los desiertos más grandes del planeta (como el Sahara o el Atacama). Con el calentamiento climático, las células de Hadley se agrandan, transformando nuevas regiones en climas subtropicales secos y desérticos. La circulación de Hadley provoca una expansión de las regiones subtropicales y por lo tanto un aumento de la sequía. Esto va mucho más rápido de lo previsto6. El fenómeno no es ajeno a los gigantescos incendios, y solo estamos en +1 grado.
El Niño es una de las perturbaciones climáticas mundiales que se produce cada dos a siete años, con significativas consecuencias: sequías e inundaciones en vastas áreas, ciclones devastadores en la región del Pacífico, temperaturas anormalmente altas en los años del Niño. Según estudios realizados en 2018, los fenómenos extremos relacionados con El Niño aumentaran e intensificaran los riesgos actuales, esperando que ocurran con el doble de frecuencia, al igual que los eventos extremos relacionados con el Dipolo del Océano Índico7, que es una de las principales causas de los recientes incendios australianos.
Sequías en Australia oriental, Indonesia, India, África del Sur, Brasil; inundaciones en la costa oeste de América del Sur, en el este de África ecuatorial, en el sur de los Estados Unidos; blanqueamiento de arrecifes de coral; ciclones devastadores en el Pacífico central: a escala global, la temperatura promedio tiende a ser anormalmente alta durante los años afectados por estos episodios.
Conclusión
La mitad de los ecosistemas aquí mencionados ya están presentes, en una lógica de equilibrio. En lugar de lamentarnos del estado de las cosas, ¿no deberíamos cuestionar la relevancia de los valores de nuestra civilización industrial ahora global? Estos valores producen una distorsionada relación con el mundo, ya que amenazan la vida misma. Debemos bajar a la tierra, como dice el filósofo Bruno Latour, para salir del precipicio en el que estamos asentados y habitar de otra manera nuestro planeta.
¿Qué se puede hacer? Esta es la pregunta vital. Antes de hablar de soluciones, el primer paso es comprender y sentir la urgencia, informándose claramente; no es suficiente solo estar consciente de que hay un problema. Tomamos conciencia de la urgencia de la situación cuando sabemos objetivamente qué es lo que es tan urgente, cuando medimos mejor el riesgo. Entonces el primer elemento es una ética personal: confrontar la realidad del problema con información confiable, enfrentar su desmesura y miedo.
Un segundo elemento: no cegarse ante la importancia de los gestos personales. Tienen poco efecto sobre las emisiones, como mucho un 10% si la gran mayoría hace un gran esfuerzo. En el mejor de los casos será del 5%. Pero tenemos que hacer estos gestos de todos modos, conociendo sus límites, como consumir menos, viajar menos en avión. El valor de esto es principalmente adaptar el estilo de vida con el sentido de la urgencia, y en sí mismo constituye una forma de testimonio.
Un tercer elemento de ética personal: tomar una posición política clara. Hay muchos sistemas y poderes destructivos, políticos responsables que están fracasando a pesar de sus credenciales 'verdes'. Conózcalos, o mejor dicho, denúncielos. Esto tiene un efecto significativo. No debemos olvidar que las decisiones de reorientación que tiendan a transitar a una economía de cero emisiones (transporte, energía, agroecología, urbanismo, alimentación), son decisiones tomadas a nivel de estados y grupos de Estados.
Finalmente, y siempre en el plano de la ética personal: movilizar el espíritu y la mente hacia un futuro común deseable. Alimentar el deseo de un mundo que viva diferente. Piense en las facultades, los talentos humanos, para la resolución, para la superación personal de los que son pueden ser capaces.
Y nunca olvides: 'El bosque viene antes que los humanos, el desierto viene después de ellos'.
1. M Bernard Lucet es consultor profesional de organismos profesionales. 'Antropoceno', literalmente 'la edad del hombre', es un término utilizado por los científicos para indicar que las actividades humanas ahora tienen el potencial de modificar la tierra y su evolución [nota editorial].
2. G Giraud, Prefacio a A Pottier, Comment les économistes réchauffent la planète, (Anthropocène), París 2016.
3. Ver http://www.cnrs.fr/sites/default/files/press_info/2019-10/
4. Cf. J. SCHEWE et al., “Evaluación multimodelo de la escasez de agua bajo el cambio climático” , Actas de la Academia Nacional de Ciencias , 111, 2014.
5. Cf. M. MANN, “The Jet Stream, un amplificador meteorológico”, Pour la Science 503, 2019.
6. Véase. https://app.getpocket.com/read/2826932240.
7. El Dipolo del Océano Índico (IOD), también conocido como El Niño Índico, es una oscilación irregular de las temperaturas de la superficie del mar, en la que la parte occidental del océano se vuelve alternativamente más cálida y más fría que la parte oriental. Por lo tanto, el monzón en India generalmente se ve afectado por la diferencia de temperatura entre la Bahía de Bengala al este y el Mar Arábigo al oeste. [Nota del editor]