Dom Jean-Pierre Longeat, OSB
Presidente de la AIM
En el mes de septiembre de 2017, se llevó a cabo el Capítulo General de la Orden Cisterciense de la Estricta Observancia. El tema de este Capítulo fue la visión en 2017 de un futuro monástico para la Orden. Pensamos que sería valioso dar un eco del evento en este número del Boletín. Esta aproximación concierne no solo a los cistercienses sino a todo el movimiento monástico. Todo el mundo encontrará un beneficio real en consultar esta reflexión.
Por supuesto, están presentes los temas habituales de las finanzas, la liturgia, la historia y las noticias de los monasterios y las asociaciones monásticas en todo el mundo.
Quedó muy claro que los cambios que se producen en nuestro mundo se refieren no solo a los monasterios, sino también a las principales dimensiones de nuestras sociedades. Las instituciones monásticas también se ven afectadas por la desestabilización e incluso juegan su papel en el nacimiento de un mundo futuro. ¿De qué manera? ¿Con quienes como compañeros? ¿Cómo contribuirá esto a la proclamación de la Buena Nueva? Tales preguntas se plantearon no solo en términos de la continuidad de los monasterios sino también en términos de su relevancia. No es suficiente querer o incluso orar por las vocaciones, como decimos a menudo, sino que cada comunidad está obligada a renovarse profunda y continuamente para tener vocaciones. El desafío es enorme, pero no necesariamente mayor que en otras épocas, cuando surgieron grandes testigos que hicieron una decisiva contribución. Es esencial mostrar cómo en un continente tras otro se están abriendo nuevas vías en el camino hacia una dinámica de renovación. La AIM aunque modestamente quisiera contribuir al esfuerzo.