Dom Eamon Fitzgerald

Abad General OCSO

PERSPECTIVAS Y LUGARES

 

 

EFitzgeraldMe han pedido decir algo sobre la Orden a la luz de la presente evolución. Nuestros monasterios están enfrentando similares problemas por lo que necesitamos más solidaridad dentro del mundo monástico, además de una reflexión compartida que ayude a encontrar soluciones creativas. Se trata no sólo de salvar el carisma, sino de vivir libremente nuestra esperanza en la Palabra y saber cómo transmitir un tesoro que es el nuestro.

Al presente hay 169 casas en la Orden, 96 de monjes y 73 de monjas, ubicadas en 44 países. De estas casas, 90 están en Europa (51+39); 23 en América del Norte y Canadá (16+7); 14 en América Central y Sudamérica (7+7); 20 en África (11+9) y 22 (11+11) en Asia. Como es de suponerse, Europa y Norteamérica muestran una mayor disminución en número y un aumento del promedio de edad, excepto por algunas excepciones particulares, siendo la principal Vitorchiano para las monjas. Las casas que muestran crecimiento en cantidad y un promedio de edad más joven están hoy día en África, Asia, América Central y Sudamérica. En enero de este año contamos un total de 1.898 monjes y 1.630 monjas, lo que da un total de 3.528 entre ambos.

La Orden está dividida en regiones (o conferencias regionales) que son asociaciones libres de monjes y monjas, generalmente, pero no siempre de la misma área geográfica y no tienen autoridad jurisdiccional, pero que trabajan juntos crecientemente en temas en común en un espíritu de ayuda mutua.

Hay siete regiones en Europa, una en Asia, una en África / Madagascar, una para Canadá, una para Estados Unidos y una para América Central y Sudamérica. Las materias de colaboración incluyen un amplio espectro de temas desde formación, reuniones de cillereros, maestros hospederos, enfermeros y compartiendo sus recursos personales y desde hace poco, el cuidado de los enfermos y ancianos; reflexiones sobre fusiones. Las comisiones de ayuda “para el futuro” son elementos que han aparecido en respuesta a las necesidades de las comunidades individuales. Hay también otras como “comisión de ayuda” que quedó establecida en el Capítulo General para distribuir la caridad de la Orden a las casas necesitadas. A pesar de que un buen número de casas contribuyen a este efecto, este fondo se compone principalmente de aportes de las industrias de cerveza de unos pocos monasterios de Bélgica ¡de los cuales habrán oído hablar!

Ahora voy a dejar de lado la Orden para ocuparme de la AIM, su trabajo, sus ocupaciones y los desafíos que hoy tienen además de sus perspectivas para el futuro.

Lo que tengo que decir aquí es un poco más ecléctico y reflejará algo de mi propia experiencia junto a lo que he visto y oído en los últimos años referente a la AIM y su trabajo. Primero que todo quiero decir que concuerdo plenamente y suscribo lo dicho por el Presidente de la AIM cuando habló de la necesidad de solidaridad en la tradición monástica y benedictina frente a lo que está pasando en el mundo hoy a niveles políticos y sociales, la interacción de las personas para ponerlo en unas pocas palabras, el mundo transformándose en una aldea global como McLuhan dijo hace muchos años. No es el tiempo de remar en nuestra propia canoa o simplemente arar nuestra propia tierra. Es tiempo de colaboración y comunión al servicio del Evangelio, que es un servicio a la Humanidad.

MFP15CamaldoliPor lo tanto, lo primero que quiero decir es una palabra de gracias a la AIM, por su visionaria creación hace más de 50 años, por el trabajo que ha hecho a lo largo de esos años y por el trabajo que continúa haciendo a través del Presidente y el Secretariado, el Consejo, el Comité Ejecutivo y el Equipo internacional. El trabajo incluye:

• El trabajo concreto de ayuda financiera y práctica en proyectos de construcción, en proveer equipamiento de manera que los monasterios se sustenten, en dar instruccion y sesiones de formación continua a sus miembros etc.

• Los cursos de formación impartidos, las posibilidades de estudios ofrecidas y especialmente el programa de formadores monásticos.

Ahora quiero compartir algunos pensamientos y probablemente algunas experiencias personales que se me vienen a la mente. Quisiera tocar el tema de la globalización. Cuatro de los aquí presentes asistieron a la reunión bianual de la Unión de Superiores Generales en Roma, la semana pasada. El tema tenía que ver con misticismo y profecía en el día de hoy y estaba relacionado con la vida consagrada joven en el presente. Un salesiano, don Pascual Chávez, mejicano ex Superior General de los Salesianos y ex Presidente de la USG, realizó una conferencia sobre este tema.

Dijo que siendo que el tema de los jóvenes y la vida consagrada era un tema vasto que necesitaba una diferenciación real dada la diversidad mundial, al mismo tiempo “lo que está ocurriendo con la vida religiosa en Europa está también en desarrollo en otras partes, por ejemplo en América Latina. Continuó diciendo que la globalización está llevando a una homogeneización de los pueblos y especialmente de los jóvenes, aplanando las culturas y ofreciendo un solo modelo social. Habló de un nuevo humanismo secular que está transformando el mundo en una aldea global que lleva a formas de cultura en común que rompen con las formas tradicionales del traspaso de valores, ideas y sentimientos. Los medios de comunicación tienen aquí un inmenso impacto.

Esto encuentra eco en mi experiencia limitada de visita a África y otras partes del mundo en desarrollo. Solo basta ver cómo en los lugares más remotos se usan las camisetas de los más famosos equipos de fútbol. Otro ejemplo impactante para mí fue durante una visita a una comunidad de monjas en África. Normalmente al final de estas visitas, tal como ustedes lo habrán experimentado, hay una celebración para el visitante. Hay música y baile pero también un sketch o una obra dramática. A lo largo de los años han sido siempre historias religiosas basadas en el Antiguo Testamento o en los Evangelios. En este año de la Misericordia la historia del Hijo Pródigo figuró muchísimo. Sin embargo, en esta comunidad decidieron por una obra dramática que tuviera que ver con la vida contemporánea y el conflicto con las prácticas religiosas tradicionales, los problemas sociales del presente e incluso la vida religiosa. Tenía que ver con una joven que estaba comprometida en matrimonio, pero quedó embarazada anticipadamente; algo totalmente inaceptable en las costumbres tradicionales.

La solución fue invitar a su hermana que estaba en el convento, para reemplazarla en el rito matrimonial y así todo quedaba arreglado. No voy a entrar en detalles, la hermana salió del convento y luego ¡se rehusó a volver después de completar su rol de novia! No seguiré, pero mi punto es que esto era un completo quiebre con el pasado (para sorpresa de algunos mayores) y a mí se me hizo presente la presencia de una nueva y “moderna” generación de jóvenes en el monasterio. Lo tomaron normalmente, en tanto que a mí me señaló el cambio cultural (y shock) que resultó como marcas del nuevo humanismo de que he hablado más arriba.

De nuevo en el contexto africano (pero no exclusivamente) una buena cantidad de superiores están teniendo verdaderos problemas al ejercitar la autoridad como un servicio a la comunidad (muchos de nosotros los tenemos). Y veo la necesidad de contar con la presencia de una persona mayor o al menos más sabia que, no solo sea un modelo sino que comparta la responsabilidad de la comunidad, al mismo tiempo que sea una influencia formativa. Pero ¿dónde encontrar esa persona?

Desde ya es difícil en África, aunque sería la solución ideal. Tiendo a creer que la presencia del blanco ha finalizado. Pero tal vez habría espacio para tales individuos blancos si estuvieran disponibles. Estamos hablando de formación o formación integral, como una superiora me aclaró, cuando le pregunté si tenía algunas ideas sobre los desafíos para la AIM hoy en día.

A pesar de reconocer la necesidad y el valor de los profesores con formación académica y de oradores que puedan educar ampliando los horizontes intelectuales; que al mismo tiempo sean capaces de traspasar el conocimiento de la fe, lo más importante es implantar los valores monásticos y cristianos que posibiliten a la gente a vivir en comunidad de manera monástica.

Tal vez ésta es la instancia en que debo mencionar aquello de lo que he estado hablando más arriba. Hace tres años, durante una Visita a un monasterio de Camerún, el Visitador y su acompañante se encontraron con el real desafío de hallar a un superior para la comunidad. La comunidad estaba bajo un Comisario Pontificio que no era residente, por lo que se hacía necesario un superior local (prior claustral). Los Visitadores buscaron en otras casas de la Orden en África sin éxito. Finalmente llamaron a Roma. Tenían una idea: pedirle al Superior de Ewu Ishan, de Nigeria, un monje como posible superior. Conversamos el tema, el procurador y yo, y les dijimos que debían hacerlo mientras nosotros en Roma lo trataríamos con la Congregación. El Prior de Ewu Ishan aceptó y ofreció a uno de sus hermanos como superior de esta nueva fundación y otro que oficiara de maestro de novicios. Esto fue aceptado y acordado en Roma y fueron nombrados.

El superior completó ya tres años de servicio allí y ahora ha vuelto a su monasterio para encabezar una nueva fundación en su propia comunidad. Primero que nada, quiero decir aquí que realizó un magnífico trabajo en una situación extremadamente difícil. Es un maravilloso ejemplo de vida monástica: atento a la gente, un hombre de pocas palabras, de oración, inteligente, abierto a iniciativas y con un profundo sentido cristiano de la vida monástica.

Menciono lo anterior como una solución que resultó inter- Ordenes y fue posible como fruto de la amistad entre monjes. Sin embargo el nombramiento encontró mucha oposición e ira desde otros superiores africanos. ¿Cómo un benedictino podía liderar una comunidad trapense? Y suma y sigue. ¡En algunos lugares hay un fuerte sentimiento de ser trapense y no benedictino! Sin embargo, me alegra decir que con el tiempo y la experiencia del hombre se vencieron las dificultades y al final ¡algunos de sus oponentes esperaban que se mantuviera como superior! La moraleja de la historia podría ser que ¡la amistad es una buena base para colaborar!

NsugbeNigeriaPero quisiera volver al tema del nuevo humanismo, para abordar el tema de la asistencia a otros. Propongo una cita de Don Pacual sobre este nuevo humanismo. Dice:

“El nuevo humanismo necesita un cristianismo que descubra con y para los jóvenes el poder humanizador del cristianismo. Necesita gente que tenga el valor de hacer con los jóvenes lo que proclaman: crear comunidades alternativas que vivan lo que dicen, que renuncien a la idolatría del dinero y el poder, experimentando la libertad de ser amados por Dios y así tener la capacidad de amarse mutuamente y a otros”.

Este nuevo humanismo, en términos cristianos, es la nueva evangelización que comienza al escuchar el Evangelio permitiendo que cambie nuestros corazones. Tal vez éste es el lugar y el espacio al cual nuestras comunidades más antiguas pueden ser convocadas a hacer de la alianza entre monasterios una realidad en nuestra propia experiencia, por lo tanto, una fuente de renovación de nuestra propia vida. ¡Siempre somos principiantes y somos pobres e indignos servidores!