PROMOVER LA COOPERACIÓN Y LA SOLIDARIDAD
ENTRE MONASTERIOS

Dos viajes recientes a Kenia y la India me permiten destacar la vida monástica y la educación de los jóvenes.
Muchas comunidades monásticas dedican gran parte de su energía a la educación y la enseñanza, sobre todo en la India y África. En cierto modo, encarnan la intuición de San Benito de comparar el monasterio con una escuela del Señor, pero también aplican el interés de Cristo por utilizar la figura del niño como ejemplo del Reino de Dios.
Por tanto, podemos conseguir grandes cosas, pero también debemos asegurarnos de que nuestras escuelas sean santuarios donde los jóvenes estén seguros, porque el peligro de los abusos puede venir tanto de fuera como de dentro.
Las comunidades cristianas del mundo occidental han sido culpables de una falta de atención al abuso, a los abusadores y a sus desafortunadas víctimas. Lo importante es que las jóvenes comunidades cristianas se preocupen por la «salvaguardia» y se aseguren de que las escuelas benedictinas, pero también todos nuestros lugares de acogida, estén en primera línea en esta lucha contra los abusos.
Dom Bernard Lorent Tayart, o.s.b.